Hace casi un año, trece religiosas redentoristas dominaron un desafío de baile viral para “animar a la gente” en el encierro y ayudar a los necesitados mientras rezan por el mundo en estos tiempos difíciles. La danza Jerusalema interpretada por las monjas redentoristas de Dublín atrajo a millones de espectadores en las redes sociales. – Pero, ¿qué hacen las Monjas Redentoristas cuando no están bailando Jerusalema? – las hermanas han puesto la pregunta en su sitio web y la han respondido:
En el punto álgido de la pandemia que continúa retumbando y afectando a nuestro mundo de muchas maneras, nuestro gesto de apoyo, oración y solidaridad, que el desafío de la Danza de Jersualema esperaba ser, se volvió viral.
Millones y millones de personas lo vieron en las redes sociales; Facebook, TikTok, Twitter y WhatsApp.
Recibimos mensajes de todas partes del mundo. Muchos de ustedes nos dijeron cómo el video les levantó el ánimo o les puso una sonrisa en la cara, pero muchos de ustedes también confiaron las intenciones que aprecian en nuestra oración.
Como redentoristas, estamos “escondidos con Cristo en Dios”. Nuestra vida, dentro de los confines de nuestro monasterio, es una vida de oración, recogimiento y amor. Nos une con Cristo en espíritu y en corazón.
Aunque estemos materialmente separados del mundo, también estamos presentes en él por nuestro testimonio y las intenciones que nos encomiendas nos lo hacen presente de manera muy profunda y tangible. El recinto que nos separa del mundo es una puerta abierta para los que buscan a Dios.
“Nuestro silencio es palabra de salvación y nuestra contemplación es actividad misionera”, como nos recuerdan nuestras Constituciones.
Nuestra vida oculta y el silencio nos permiten escuchar la Sabiduría divina que enseña en la soledad y en el secreto del corazón.
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